Estas palabras las pronuncio ayer el ministro de educación al ser preguntado en la sesión de control al gobierno.
Todo dirigente político que se precie no podrá estar en desacuerdo con las mismas y esto es así por una simple y clara razón: un buen sistema educativo es garante de un mejor futuro para la sociedad.
Y nos podemos preguntar que significa dar prioridad, pues no es otra cosa que a la hora de invertir la partida en Educación debe contemplarse como un campo donde la inversión debe ser tenida en cuenta antes que otros muchos. De este modo, en estos momentos de austeridad, donde el objetivo es alcanzar la estabilidad presupuestaría, la partida en Educación debe de sufrir el menor recorte posible.
La inversión educativa decreció un 0,9 % debido a la reducción de los salarios del personal del sector público. Los profesores vieron reducido su salario, contribuyeron a reducir el déficit, lo que no se puede permitir es reducir los medios necesarios para que su trabajo se pueda realizar en condiciones dignas, deteriorando, de este modo, la calidad de enseñanza.
Las cifras hablan por si solas: aumento del 2,1 % de estudiantes que inician el curso escolar y una reducción de plantilla de profesorado que varía según la Comunidad.
Programas fundamentales para tener un modelo de calidad se ven seriamente afectados: las aulas compensatorias, horas de laboratorio, desdobles de asignaturas o atención a necesidades especificas de escolarización.
Resulta paradójico escuchar a representantes políticos hablar de la necesidad de promover el prestigio y la autoridad de los profesores al mismo tiempo que justifican los recortes en educación en base a unos motivos que contribuyen a deteriorar la imagen del profesorado.
La educación ha de ser una prioridad para lo que es fundamental apoyar al profesorado, no con palabras sino con hechos palpables que pongan de manifiesto que se trabaja por conseguir una educación de calidad, estando considerado el trabajo del profesorado como parte esencial.
El profesorado debe contar con los medios adecuados para que su vocación e interés por la enseñanza pueda continuar desarrollándose a lo largo de su carrera profesional.