Aprender jugando, un buen método para enganchar a ese alumnado que se pierde entre explicaciones largas y tediosas, jugar es participar, implica esfuerzo y mejora, conocer una reglas y respetarlas, y que mejor que enseñar contenidos a la vez que se educa en todos esos aspectos.
La dificultad de emplear este método va en aumento a medida que el alumnado va creciendo y en paralelo con la materia a impartir, es evidente que resulta mucho más fácil jugar en las clases de primaria e impartiendo inglés que física, pero nada es imposible cuando se cree en ello.
Del mismo modo la importancia que se da al juego en los recreos va decreciendo al mismo ritmo que el alumnado va pasando de curso. Podemos indicar, nunca con rotundidad, que son los propios alumnos/as que van perdiendo interés y que el recreo se convierte en un paseo, en corrillos de charlas, de cotilleos, en ir e venir sin más. Y el no ser rotundo ante tal indicación es consecuencia de que si te paras un momento puedes observar que la mayoría del alumnado se aburre es esos ratos, que desearían correr, jugar una pita, un escondite o a un juego de mesa.
Una mayor implicación por parte del centro es necesaria, promover juegos en los recreos, pero es obvio que para ello es necesario que existan las instalaciones adecuadas y los juegos disponibles, tableros de ajedrez, de damas, damas chinas, balones, petancas, y un largo etc.
Recientemente se ha publicado un estudio realizado por el observatorio del juego infantil, donde entre otros aspectos se analiza los tiempos y espacios dedicados al juego, los recursos lúdicos y como se recoge el juego en los proyectos educativos de 523 centros escolares donde se imparte primaria, los resultados indican que se debe seguir mejorando en estos aspectos, ya que , tal y como concluye el estudio: el juego no es solo lúdico es aprendizaje espontáneo y motivador.
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