En estos días en que el efecto devastador del terremoto que sacudió a Japón nos hace estar inmersos en un sentimiento de pena y de conciencia de lo poderosa que es la Naturaleza, hablar de “la ola verde” es, cuanto menos, extraño.
Extraño porque en estos momentos solo somos conscientes de olas de más de 15 metros con fuerza suficiente para arrasar pueblos enteros.
“La ola verde” es una campaña mundial a favor de la biodiversidad cuyo objetivo es educar a los niños/as y jóvenes sobre la misma.
Una de las iniciativas que promueve, dirigida a centros escolares de todo el mundo, es el plantar árboles de especies autóctonas el 22 de Mayo, día internacional de la biodiversidad, aunque, como apuntan, en algunos lugares esta fecha no será la propicia, no es nuestro caso.
A las 10 de la mañana se comenzara a plantar árboles en latitudes lejanas a nosotros y así continuará a lo largo del día en otras partes del mundo dando lugar a una “ola verde” que se moverá de este a oeste.
Apoyemos esta inmensa ola que recorrerá el planeta, involucremos a nuestros alumnos/as en acciones destinadas a conservar nuestro planeta, a formar un gran grupo global con una misma causa: educar para respectar la naturaleza.
Quizás sea una manera de expresar de que aunque la naturaleza es despiadada en muchos momentos, debemos respectarla y quererla, apreciar todo lo que nos da, aunque en un minuto nos lo pueda arrebatar, una manera de sentir que auque nos creamos el centro del mundo no somos nada y lo que si somos, en no pocas ocasiones, es seres devastadores que solo nos preocupa nuestro beneficio presente.
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